domingo, 10 de noviembre de 2019

ABSTENCION ATENTA PERO ADHESION (y, menos, incondicional), DE MOMENTO VA A SER QUE NO



El reputado voto a VOX de la persona cuyo trato frecuento y me merece más respeto en cuestiones metapolíticas me llevó en cierto momento a cuestionarme la postura abstencionista que mantengo desde el 96. Finalmente, he persistido en dicha postura por ser fiel a una constante que casi nunca he roto, la de no votar a unas siglas sin previo encuentro (en petit comité, no fundiéndome en amorfo entusiasmo mitinero, que siempre escora más a la borrachera que a la reflexión: lo hice con las dos Auténticas en los comienzos de la Transición -con la Auténtica de Perales y Conde, aquel encuentro en Pez que culminaría en la entrevista con Ordovás para DISCOEXPRESS previa a las primeras elecciones y, con la FEA, aquellas tertulias de los jueves con Manolo Velasco en la lavapiesera sede de la calle León que se truncarían por mi posición thatcheriana, más atento al bosque que a los árboles, cuando la guerra de las Malvinas-, con AP en el 82 -cuando Verstrynge me ofreció la Secretaría de Cultura de NNGG y yo decliné por prever el rechazo que notables del partido mostrarían a mis tendencias "nouvelle droite", cautela que se vería confirmada un par de años más tarde con el frenazo fulminante a PUNTO Y COMA como publicación vinculada al partido por el "notable" Ricardo de la Cierva acusándola de "paganizante"-, con FE/JONS tanto en el 86 como diez años después, con el CDS en las europeas del 87 -en mi única experiencia militante como Secretario de Cultura de Juventudes- y con la Lista Antiprohibicionista -de la cual fui candidato en las generales del 89-). El señor C me habló de la posibilidad de tal encuentro (él ya lo había tenido antes de su paso por la urna) pero, finalmente (ignoro los motivos), la reunión no se produjo.

Persisto en mi atención a VOX (atención que extiendo también a cierta individualidad del PP marginada durante lustros por Rajoy en aras de su malhadado perfil bajo y recuperada por la actual directiva: Cayetana Alvarez de Toledo) y me congratulo de sus avances en la opinión y su entrada en cámaras de representación y más oblicuamente en las instituciones (creo que tanto en mis blogs como en posts de red social he dejado abundantes muestras de ello). Valoro su panoplia de voces (desplegada especialmente en los debates del canal 24H) y, por el momento, me quedo con el bendito vitriolo de la sra Monasterio, la blietzkrieg fiscal de Ortega Smith, con el Abascal menos sobreactuado (cuando no apela al topicazo de brocha gorda rojigualda y se atiene más a la mesura y al sentido común, a incidir en Pero Grullo -ese mesías transversal tan necesario en tiempo de desbarres- y no en el Guerrero del Antifaz),  o con Alcaraz (antimateria de los demagogos de pico fácil y vacuamente abundoso y cuya palabra soltada a trompicones está cargada de verdad y de humillaciones -siempre en mi memoria aquellos desplantes de Rosa Díez a VCT, tan similares a tantos de Cs y de su "fichaje/boomerang/submarino de Colau" Valls a VOX por aquello del casuismo lerrouxista y la "equidistancia" macroniana-).

Estoy con el reputado votante en que VOX me interesa mayormente no como realidad en sí misma (algo aún por ver, no obstante sus prometedores indicios) sino como puerta que nos acerque a los nuevos paradigmas que en el mundo se van consolidando frente a la tonterida, la corrección política y sus obscenidades de buena conciencia, las autofagias "de género" y el secuestro de las pulsiones homófilas perpetrado por los protocolos LGTB. Paradigmas (en buena medida siguiendo las tesis duginianas) cuyo eje parece concretarse hoy por hoy en el Putin Amo, ese "axis mundi" en el que convergen nombres tan diversos como Assad y Erdogan, Trump y Xi Jing Ping, Bibi Netanyahu y los ayatollahs, el campeón húngaro de la Orbanidad y líder de Visegrado, Salvini o doña Marina Le Pen, sin olvidar al incombustible Kissinger (más valorado desde hace lustros en Moscú y Pekín que en el Washington cenagoso anterior a Trump).

Más allá de los árboles, se va concretando el bosque de lo Paleo (la espiral renovación desde la memoria) frente a lo "neo" (el gratuito deja vu de las modas que aparentan lo que nunca son -esto es, trajes ¿nuevos? del emperador-), de los "hombres fuertes" (los premiers, como se decía en mi infancia) frente a los "perfiles bajos" y las SOROSidades, del sano respeto a la fuerza frente al mórbido canguelo a los chantajes morales, de la Política de Gestión schmittiana y bismarckiana frente a la politiquería gesticulante y maidanesca, en fin, de la Inteligencia de mirada larga frente a la demagogia cortoplacista. Ojalá que VOX acierte en el uso de su creciente poder y no suponga una nueva decepción (ahí Rajoy, ahí Rivera, ahí Rosa Díez, ahí el inefable Valls...) ni se estanque (perspectiva no menos indeseable) en gemelo invertido del marasmo podemita.

Concluyo con un aviso a navgantes del libro ¿POR QUE VOX? de Rafael Sánchez Saus (aquel penibético alien -que no alienado- quien planteó en el 89 algo bastante pertinente con lo que nos ocupa, una Falange más cerca de Benoist, de Jünger y de Pareto -esto es, del José Antonio más ESENCIAL y menos anecdótico- que de las varias demagorreas peronizantes -tanto a diestra como a siniestra- que tanta confusión -yo fui una de las muchas víctimas de ello, aún más embriagado con el estupefaciente alcaloide del Anguita "joseantoniano", el mismo Anguita que años después se convertiría en mentor incondicional de gentuza tan turbia como el buscón Pablillos o Alberto Garzón, el de la todavía humeante meada dialéctica sobre la memoria del Ausente- provocaban y provocarían mediados los 90 para acabar en la irreversible y siniestra coyunda, muy propia de las cloacas de Interior y aquí traducida en los flecos terminales de la trama GAL -tan presentes con el escándalo del diario YA en el año 97-, de los "Firmenich" con los "Massera"):

"Las expectativas ingenuas y desaforadas han sufrido una corrección que muy posiblemente pueden acabar teniendo un efecto positivo sobre el proyecto político. Los resultados cosechados debieran permitir su asentamiento al margen de las enormes tensiones que hubieran supuesto unos resultados aún más brillantes –teniendo en cuenta el punto de partida– con la consiguiente asunción de responsabilidades a todas luces prematuras y la imparable arribada de oportunistas tan difíciles de detectar primero como de depurar después." 

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