miércoles, 28 de junio de 2017

DE ORGULLOS Y PREJUICIOS (o el pendulazo para quien se lo trabaja)



(esta noche he soñado con la siguiente realidad apócrifa: 
cuando la oronda Amy Lowell dio calabazas al minotauro Hulme
 y éste, con laberíntica concisión, decidió llamarla al orden...)




La parafilia, en sí, no es pecado. Lo es cuando se arroga el rango de norma y pretende señalar qué es pecado y qué no. Ahí comienza la cuenta atrás hacia su traumático despertar...