miércoles, 6 de junio de 2018

PEROGRULLADA PROSPECTIVA (coda a la entrada anterior)




Gobierno como plataforma preelectoral. Ecumenismo centrípeto en torno a Sánchez, muy a lo Macron. Fagocitación de votantes riveristas e incluso algunos PPopulares (básicamente, por la cuestión catalana). Satelización de errejonitas al poner en evidencia el vitelonismo hooliganesco de Podemos y sus mareachis (que puede hacer reflexionar a sus cuadros y votantes menos delincuenciales y más dispuestos a la gestión -lo mismo podría valer para ERC y el PDCAT, en cuanto a que los elementos más posibilistas de ese mundillo se sientan "tocados" por el juego poli malo poli bueno que puede simbolizar el dúo Borrell/Batet). 

Deja vu del primer gobierno suarista, sin refrendo electoral y bajo la presión del bunker tardofranquista (en este caso, los "bunkeres" -de videojuego- del podemismo y el catalanifuguismo). Que Sánchez iguale a Suárez en juego de cintura, el tiempo lo dirá. Pero, ahora mismo, la subestimación y la inquina generalizada en el inicio de su singladura es común a ambos nombres.

martes, 5 de junio de 2018

¿ATISBOS DE FUNCIONALIDAD?




Desde mi perspectiva de abstencionista (que no equidistante) capaz de distinguir y valorar el impulso de gestión frente a la tolerancia low profile ante la disfuncionalidad, en el plazo medio me congratulo de que se actúe más allá de la performance tabarnesa con respecto a las patologías del Nordeste y, de paso, que pueda contribuirse con ello a la remisión de otras estériles sobreactuaciones peninsulares. Borrell (el único nombre que, en su breve momento de timón, me hizo pensar -¡a mí, quién lo iba a decir!- en votar al PSOE) y la moción badalonesa parecen elementos más contundentes como aviso a navegantes que ese 155 (en modo masaje tailandés) con que el amebiano Mariano ha ¿castigado? a Cataluña. Tendría gracia que desde su nanominoría el PSOE empiece a macronizar, quitándole el rol que los hados UEuropeos pensaban otorgar a Rivera y sus huestes de la sita Pepis. Un PSOE apoyado por ciento y la madre (que, a su vez, se engreñan por contrapuestos intereses y donde, al final, sólo contará la áurea tutoría del PNV y una posible gravitación/fractura del pragmatismo errejonita versus megalómanos buscones y sociópatas monederos -Soraya, sacudida, agitada y meneada cual Martini de James Bond en las garras acosadoras de ese siniestro híbrido de Goebbels y Brecht, aquellos compis dramatúrgicos de juventud bohemia que el destino más tarde separaría-) y contestado (pero menos: ahí Badalona y el devenir moebiano de los presupuestos) por una oposición aún en shock por la pérdida de la peana (PP) y/o de las expectativas de alzarse con ella (Cs). Si pronostiqué agorero desde el minuto cero la toxicidad del limbo low profile de Rajoy con su mayoría absoluta en sordina toleradora de desmanes, recibo con la esperanza de la paradoja esta incógnita de un Sánchez en minoría pero deseoso de dejar huella (nada de perfiles bajos) y ya de vuelta de veleidades irresponsables (esa pedagogía rollercoaster del sube y baja y vuelta a subir en su partido tras las tonteridas bipolares de 2016 -recordatorio apriorístico de que, si se pasa uno de "revoluciones", siempre asomará un Rubalcaba o similar segándote el subidón mesiánico/inepto bajo tus pies-). El mundo no está para teatriyos: tal vez este punto de inflexión (basculando entre un 14 de marzo de 2004 -por aquello de la sorpresa, para mal- y un 1 de julio de 1976 -por aquello de la sorpresa, para bien-) suponga el reencuentro de esta piel de vaca loca con la realidad y el abandono de un reality que ya cansa, la verdad.

viernes, 1 de junio de 2018

LA CUADRATURA DE LA CAMA REDONDA


En la realidad italiana se creó el pentapartito mecido en el regazo (cual estanquera de AMARCORD) de la onorata societá.

En la realidad alemana se creó la grosskoalition de democristianos y socialdemócratas bajo la férula atlantista y euromercantil.

En la realidad francesa se creó la cohabitación de un presidente y un primer ministro de distinto signo político. Para entonces ni el socialismo de Mitterrand (ya afeitado de la cuerna frentepopulista que lo encumbró al poder) ni el neogaullismo de Chirac (ya limado de los residuos soberanistas que le auparon del municipio parisino al ejecutivo nacional) eran realmente incompatibles.

En el reality eXXXpañol se supera todo ello y se logra el gobierno de todos con todos y contra todos, algo que ya existía en clave soterrada desde la colusión en mayo de 2008 del zapaterismo reafirmado con el comienzo del low profile rajoyano y que ahora se sanciona en honesto acto de impudicia: nuevo presidente con el apoyo de 22 partidos de muy ¿diverso? pelaje que, a su vez, asume los presupuestos generales del Estado aprobados por los grupos ahora en la oposición más la intersección del único punto REAL y no virtual de este totum revolutum, la clave de arco(iris), el PNV.

Algunos hablan de caos. Yo hablaría de un momento de orden y claridad en el teatriyo del desorden establecido, que, por primera vez, se presenta ante el paisanaje sin la máscara confusionista de la mentirosa lidia política. Orden y claridad garantizados (al menos, en relación con lo anterior) por la tutela axial del único partido funcional que existe en la piel de vaca loca. Por el momento, confiemos en la alergia peneuvista al corto plazo (pan para hoy y hambre para mañana) en la defensa de sus intereses. Si recupera el peso que tuvo en los 80 cara a las decisiones tomadas en Madrid, algo habremos ganado en relación a estos años marcados por los estupefacientes Zapatero y Rajoy.