viernes, 28 de junio de 2019

¿TERCERA ESPAÑA O ESPAÑA DE TERCERA?



Mi buena amiga Esther Peñas, de natural difícilmente ubicable en estos tiempos de etiquetaje y compartimentación, se sintió lógicamente atraída por la noción de TERCERA ESPAÑA al punto de dedicarle una entrada shadowliner al libro que más ha tratado este concepto. Para mí, aún más autistónomo que Esther, el paradigma de esa TERCERA ESPAÑA sería Unamuno y su pasión crística de los últimos días, braceando agónicamente en el maelstrom del choque entre "hunos" y "hotros". Otro ejemplo sería el desgarro geográfico/anímico de los hermanos Machado. O también las peripecias de Pla y Estelrich con su espionaje al servicio de un bando, tras el fracaso del intento centrista en torno a Portela para evitar lo inevitable. O, en parte relacionado, la presencia combatiendo en ese mismo bando de hijos de los puntales de aquel imposible conciliábulo AL SERVICIO DE LA REPUBLICA.

Como antimateria de la TERCERA ESPAÑA, la torsión inmoral del trilerismo representado mayormente por Lerroux y algunas de sus escisiones. Votos en almoneda (hoy tan en boga con eso de amenazar con que "si no me apoyas a mí, me voy con el contrario, porque la prioridad no es un país o unos principios, sino que YO me mantenga mecido por las mieles más mecanicistamente materiales del Poder"), relativismo general camuflado de tolerancia y/o sangrehorchatescos y ameboides "perfiles bajos" que nos vende como más aceptable un GH parlamentario en el cual los choques dialécticos entre Calvo Sotelo y Pasionaria hubiesen acabado no con la muerte de uno de los contendientes, sino haciendo unas risas juntos luego en el bar de las Cortes (y es que, ante determinadas ucronías de aquelarre amoral, el OTROS VENDRAN QUE BUENO ME HARAN puede aplicarse hasta a TODA UNA GUERRA CIVIL), o familiares de víctimas del terrorismo que (entre un odio tribalmente delirante y un punto de picaresca -por aquello de que "la vida continúa"-) culparán antes a Aznar o a VOX que a los auténticos victimarios (por aquello de "no caer en la islamofobia" o de no sabotear el "proceso de paz" que ha convertido a ETA en EmériTA). Habrá quien pretenda arrimar este trilerismo al ascua de la TERCERA ESPAÑA: yo lo considero más bien una ESPAÑA DE TERCERA, sólo apta para el desguace o la ocupación foránea (ya que parece incapaz de ocuparse de sí misma). Hay algo de todo ello con las cuestiones centrífugas (día a día más relativizadas por gobierno y oposición con el batiburrillo de pactos, casuismos -las siglas que "pecan" en Navarra o en Cataluña son aceptables para pactar en La Mancha-, "males menores", blanqueo de sujetos con delitos de sangre -en tanto se demoniza a quienes, desde luego, no han caído en la rigurosa simetría contraria de emeritar a, por ejemplo, los perpetradores de la matanza de Atocha o de la muerte de Yolanda González y exigir su presencia distendida en el canal 24H o disfrazarlos de Santa Claus por Navidad...-), o con el espatarre/dislocación del abanico legal mucho más estrecho que Aznar dejó (a mi juicio, con buen criterio) para evitar una degradación del espectro político, de la seguridad y de los valores de convivencia.

Quizás ahí esté el quid de la demonización a determinada formación política: no sus anecdóticas sobreactuaciones más de forma que con fundamento, sino su adn AZNARIANO, su reivindicación de un ordenamiento legal truncado tras el 11M (no es casual que quienes han investigado más la turbiedad de tal suceso hayan seguido atentamente el catártico devenir de la citada formación) a partir del aluvión kirchnerista azuzado por ZP. No es Le Pen o Salvini, ni siquiera Orban, las ominosas sombras que se reprochan a VOX. Es la desagradable posibilidad para quienes se han beneficiado del zetapodemismo y de las concesiones rajoyanas, de que una recuperación de la política aznariana actúe y desbarate las emeritizaciones de violentos, el afeitado de cuerna en sentencias judiciales y penas hasta el extremo del tongo, la impunidad mediática como deformadora de la sociedad en ese constante juego de rol guerracivilista, esto es, la reversión del desorden establecido.

Como suelo decir, lo único bueno de Sánchez es su oportunismo pedestre, su completa ausencia de mesianismos, lo que le llevará a huir de actitudes numantinas y a arrimarse al que considere caballo ganador. Esta versión amoral y degradada de la REALPOLITIK por el momento nos ha rescatado de la aporía rajoyana y, en su "marchosidad" frenética (ese broker político llamado Iván Redondo...), evita que la Historia se extriña, y así el tránsito fluye, y los zurullos se disuelven, y acabamos por ver la luz. Es situación, sí, repugnante pero de seguro necesaria hacia la CATARSIS FINAL. Cuando la ESPAÑA DE PRIMERA a la que aspiró desde sus feraces dudas y contradicciones la TERCERA ESPAÑA acabe por esbozarse sobre las ruinas de esta ESPAÑA DE TERCERA.
 

No hay comentarios: