jueves, 13 de octubre de 2022

LA PARUSIA DE PERO GRULLO

 

AUTORIDAD + FUNCIONALIDAD + ATENCION CONSTANTE Y RESPETUOSA POR LA REALIDAD


La China que Deng rescata de La Banda de los Cuatro y, una década más tarde, de los alborotadores "libertarians" de Tien An Men (la otra cara igualmente tóxica de la Revolución Cultural: es ya tópico en Occidente el devenir de la crisálida ultramaoista en ominoso mothman neocon). Los políticos más valorados por Pla (Oliveira Salazar, su miniyo el mítico señor Ventosa, Tarradellas...). El De Gaulle creador de la V República. Putin y Primakov reseteando los errores del yeltsinato, de la perestroika y de la esclerosis tardobrezneviana (y, por seguir con miniyos, Orban aggiornando el pragmatismo de Horty, el almirante que timoneó un país a falta de barcos). By the way por la cosa del almirantazgo, Carrero y sus cerebrines imponiéndose al "heroísmo" azul más vinculado a lo tanático que a la voluntad de construcción (lo tanático, ya se sabe, siempre cansa menos: hay más épica siempre en las cigarras que en las hormigas -el bipolar atajo del JA ME MATEN versus la persistencia en la gestión-). Nixon y Kissinger saneando las relaciones internacionales. 

Con todos esos mimbres priorizando mi visión política de los últimos años estaba claro que, más tarde o más temprano, tenía que caerme de culo epifánicamente ante Lee Kuan Yew... 




"NO SABEMOS LO QUE HACER PERO LO HAREMOS" decía aquel centrista extremo llamado Drieu La Rochelle en aquel año protestatario y lleno de intensidades (pensemos en Alemania o en la URSS) que fue 1934. Lee Kuan Yew, también centrista extremo, disidente tanto en sus vínculos con el Imperio colonial como en su condición de líder anticolonialista, reactivo siempre (por atento, nunca por rehén) ante las circunstancias, va aprendiendo sobre la marcha a concretar sus intuiciones (algo que nunca logró Drieu, no menos sincrético en su trayectoria) y acaba culminando con su Partido de Acción lo que nunca lograría el creador de GILLES, regirse por el imperativo de SUPERVIVENCIA (palabra muy frecuente en su discurso y crucial para entender sus decisiones políticas) sin la menor tentación por el vértigo tanático que siempre acompañó a uno de los mayores críticos de la decadencia francesa. 



Como Quijote en remisión (HAY TRES MANERAS DE DEVENIR COMO QUIJOTE: LA PERSISTENCIA -QUE SIEMPRE LLEVA A LA AUTODESTRUCCION-, LA REDENCION -QUE SOLO ES POSIBLE CON LA ACEPTACION DE LA REALIDAD COMO ALGO CON LO QUE HAY QUE CONTAR, SIN SERVILISMOS- Y LA DEMAGOGIA -REMEDAR LO QUIJOTESCO PARA LA PROPIA CONVENIENCIA Y ACABAR CON ELLO ASUMIENDO LA REALIDAD DE MANERA INNOBLE, COMO ESCLAVO DE ELLA-) tengo muy claro que todos los sueños (no sólo el de la Razón) producen monstruos. Tanto más monstruosos cuanto más reñidos con la Realidad. El sueño Objetivista, el sueño Eurasiático, el sueño Islámico, el sueño Mercantilista, el sueño Ecologista... todos son perniciosos en cuanto sueños, no por su cogollo de intenciones y conceptos. Plantearse intenciones y conceptos desde la vigilia constante (caso del sujeto que da pie a esta entrada) es la única vía positiva y no abocada al cul de sac. Tardíamente y en la más completa indigencia, agradezco a mi diosa de cabecera (la juiciosa Atenea) haberme conducido a estas conclusiones. Al menos (al margen de lo que el futuro me depare en términos neurológicos), moriré pobre e intempestivo pero LUCIDO

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