Bienaventurado el futuro porque será chino o... no será.
O Confucio o la confusión.
Cuanto más leo sobre China (¿contra China?) mejor entiendo al ojirrasgado Pla cuando epifanizaba a Confucio en la figura gris y mandarinesca de Oliveira Salazar. Yo siento una pulsión similar pero dirigida al almirante Carrero Blanco, nuestro dirigente más pekinés, tanto por su aversión al protagonismo como por su afición mandarinesca a la gestión y la funcionalidad por sobre todo. Tras dar bandazos quijotizantes a diestra y siniestra uno acaba por postrarse ante el Imperio del Centro y todo aquello que se le acerque.
«Sin el pragmatismo localista la política es pura demagogia, y sin las ilusiones superiores es pura mediocridad administrativa» (JOSEP PLA)
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