ilustración: THE LEFT HAND
"Genus irritabile vatum! Que los poetas (nos servimos de la palabra en su acepción más amplia y como abarcando a todos los artistas) constituyen una casta irritable, es bien sabido; pero el porqué de ello no parece que todo el mundo lo haya comprendido bien. Un artista sólo es un artista gracias a su exquisito sentido de la Belleza, sentido que le procura goces embriagadores, pero que al mismo tiempo implica, contiene un sentido igualmente exquisito de toda deformidad y desproporción. Por eso un agravio, una injusticia hecha a un poeta que sea verdaderamente un poeta, le exaspera hasta un punto que puede parecer, a los ojos de la mayoría, que existe una completa desproporción respecto a la injusticia cometida. Los poetas ven la injusticia, nunca donde no existe, pero muy a menudo donde los ojos no poéticos no ven nada injusto. Por eso la famosa irritabilidad poética no tiene nada que ver con el temperamento, entendido en el sentido vulgar, sino que está en relación con una clarividencia que va más allá de lo ordinario, relativa a lo falso y a lo injusto. Esta clarividencia no es más que un corolario de la viva percepción de lo verdadero, de la justicia, de la proporción, en una palabra, de la belleza. Pero hay algo que está muy claro: el hombre que no es (según el juicio del común de las gentes) irritabilis, no tiene nada de poeta."
(POE citado -y traducido- por BAUDELAIRE)
1 comentario:
Tres perlas de Wilde, para Fernando, por si ayudan a la reflexión:
1. El arte no apela primordialmente al intelecto ni a las emociones, sino al temperamento artístico.
2. Ningún artista tiene simpatías éticas. En un artista, una simpatía ética sería un imperdonable manierismo de estilo.
3. Si un hombre trata la vida artísticamente, su cerebro está en su corazón.
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