martes, 16 de marzo de 2021

EVITO (don't cry for me, La Latina...)

 

Detrás de cada chillona ginagorreica hay un proxeneta tierno. Unamuno decía que, a diferencia de "lo macho", la Virilidad era un concepto aplicable a ambos sexos, en tanto que vinculado a la noción de VIRtud. Todo lo contrario a la ambigüedad impostora del proxeneta. La uña pintada y el melenón lujuriante de Harvey Keitel en TAXI DRIVER. Las rastas negroides de Gary Oldman en AMOR A QUEMARROPA. Los atavíos chillones de ave del paraíso de tanto chuloputas de Harlem.... En el fondo, como última ratio, la posesión codiciosa del Búfalo Bill de EL SILENCIO DE LOS CORDEROS ultimando su modelito hecho con pellejo de gorda. O los afanes titiriteros del frustrado protagonista de COMO SER JOHN MALKOVICH. El buscón Pablillos ha ido dejando con su desfachatez grandguignolesca de macho alfa (esto es, la antítesis de la VIRILIDAD) un largo reguero de despechos femeninos (Tania, Carmena, Bescansa, Rita, Teresa...). Y la cosa sigue. Porque, reconozcámoslo, el problemón es cuando las marionetas se rebelan... Y empiezan a estar hasta el moño de que sea el moño del  titiritero el que tenga la última palabra.

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