viernes, 9 de noviembre de 2012

El amor más allá del Paralelo 38



Aparte del amor, está la atracción. Perogrullo dixit. Bueno, lo que me refiero es a esa atracción platónica, que llenos nos llena de empatía y alegría. No, no estoy hablando de Facebook, aunque mi caso es muy diferente al de mucha otra gente, pues en la red social hao consuelo, amistad y horas interminables de risas. Y algún disgusto. Pero a lo que vamos. En estos días de bombardeo informativo de los USA, que si gana el blanco o el negro (sensu stricto) y tal y cual, giro mi ojos de degollado cordero occidental más allá del paralelo 38. El Brillante Camarada y líder de la República Popular de Korea es un fetiche poderoso entre tanto líder con asesores de imagen que le esconden los muertos en el armario. Muchos confunden mi fascinación por Norkorea con adhesión al Juché. La fascinación no es una cuestión baladí para aquellos que vivimos más de la fantasía que de la cruel realidad. Las cosas bonitas son bonitas. Ya sea un uniforme nazi con marta cibelina o un cartel bien chulo alabando el cumpleaños de Lenin. Las dictaduras no democráticas siempre han estado en cabeza en diseño gráfico y moda marcial. 

En primer plano, una teen Ri Sol Ju, en unos Juegos de esos de deportes.
Pero yendo a la cara tierna del régimen de Pyongyang tenemos que alucinarnos de la belleza de Lideresa que tienen allí. No a todos les gusta la sutilidad oriental, pero Ri Sol Ju, eclipsa esa luz que brilla desde la Torre Juché. Si nos remitimos a un medio tan fiable como la Wikipedia, los surcoreanos -gente bastante rara que hacen películas extrañas y envidian en silencio a sus hermanos del Norte- en sus publicaciones afirman que el amor de Kim Jong Un – bautizado por maese Zurdo con Gran Lidl- y Ri Sol Ju eran un amor adolescente y que desaprobado por el icono pop Kim Jong Il lo tuvieron que dejar. Claro, muerto el padre, el hijo, el que hace morteruelo con los borrachos que no saben lo que es el luto, la enseña y presume de chica guapa, porque en el fondo, el ternesco Brillante Camarada es como un niño grande, que monta a caballo y va a ver cosas, como su difunto y recordado padre. La enseña en los conciertos y en esos paseos tan bonitos que dan por las plazas gigantescas, construidas para albergar al mismísimo Cthulhu en su seno.
Esta bagatela es para recordarnos que existen más mujeres detrás de hombres, más allá de Michelle Obama, Hillary Clinton o muchísimo más allá de Ana Botella. Ri Sol Ju es como un día con dos arcoiris. Un bello sueño juché del que esperamos no despertar jamás.

Qué buen rato echamos paseando por Pyongyang, amorcito juché.

2 comentarios:

el zurdo dijo...

La mención a la Botella es lo único que nubla el alcoilis, el ri, el sol y el juché. Con lo bonita y luminosa que te iba quedando la entrada...

Mameluco dijo...

Jajaja, una de cal y otra de arena, como la vida misma...