martes, 13 de marzo de 2012

MARTES Y TRECE

Perdonen que, a diferencia de tant@s ¿amig@s? del FB, no haga ademanes de quemarme a lo bonzo por los via crucis blindados (al final, siempre caen de pie) de tal juez, tal pope de la SGAE o tal crítico musical. Pero vengo de la compra, de hacer equilibrios funambulares para no salirme de un presupuesto día a día más exiguo, y mis preocupaciones y cabreos son otros.
Me cabrea que el mejor grupo que he tenido jamás para hacer música, tanto en creatividad como en arreglos como en voces e instrumentación, no sea valorado como se merece a nivel económico a la hora de subir a un escenario (lo mismo si tocásemos en el Metro -como ya hizo mi buen amigo Charlie M en sus inicios- o acompañados de una cabra nos iría mejor en ese aspecto).
Me cabrea que las diversas ofertas y propuestas editoriales que se me han planteado en los últimos tiempos no contemplen ni por asomo una práctica, según parece olvidada y por completo obsoleta, que yo sí conocí en los 80: la del anticipo a la hora de firmar un contrato.
Me cabrea que en los 90 se me remunerase cada colaboración en publicaciones tan variopintas y no especialmente mastodónticas en su difusión como PROXIMO MILENIO o DISCOBARSA y hoy, si alguien me propone algo parecido, es siempre gratis total.
Me cabrea que se me exija sumariamente el pago de algo y se demoren siempre los cobros de lo que sea.    
Me cabrea que se me diga, como razón para todo ello, que estamos en crisis al tiempo que, en concepto de subvenciones, trapicheos, sobornos y cambalaches, se esté moviendo de manera disfuncionalmente injustificada cantidades obscenas de capital que no remuneran a quien produce sino a quien se deja corromper.
Me cabrea que, en esta puñetera teratocracia en que hoy malvivimos (incluso quienes creen que viven bien), se recompense la indigencia y la picaresca y se castigue y/o postergue todo lo que pueda oler remotamente a excelencia y a honestidad.
Me cabrea que la hidalguía tenga que casi pedir perdón ante la hijoputez.
Me cabrea tanto que hay momentos en que no sé si podré aguantarlo mucho más.

2 comentarios:

Mameluco dijo...

Hoy ando yo cabredao perdido. A lo mejor es por lo que dice usted, querido Zurdo...

O por otra cosa.

¡Cuánta gentuza suelta!

el zurdo dijo...

No sé, cada vez tengo más en mente dos imágenes ominosas, la de Howard Beale (el presentador con madera de Cristo de la película NETWORK) y el triste fin de Alfonso Grosso en la miseria.