"En circunstancias de verdadera tragedia
se ven las cosas de inmediato...
Pasado, presente y futuro juntos."
(LOUIS FERDINAND CELINE)
Mi querida suricata la imaginera Carmen me pasó ayer este clip con la siguiente presentación:
Aquí te envío el link que te comenté, sobre la economía china. No es que diga nada nuevo, pero creo que esta muy bien resumido y conceptualizado y se ajusta muy bien a la realidad.
Tras verlo, ésta fue mi respuesta:
Pues lo que siempre he dicho. Capitalismo alien aplicado como arma desde un prisma estaliniano sin las debilidades del capitalismo occidental como "moral humanista" (falacia que al final han acabado creyéndosela quienes la inventaron). Tal vez Mao lo consideraría una traición (más que nada por lograr una funcionalidad que él sólo logró como insurgente pero no como gobernante -lo mismo le pasó a Lenin-) pero Stalin (que siempre tuvo una profunda admiración por la prosperidad norteamericana de las primeras décadas del siglo -el llamado "taylorismo", tan implacable en muchos aspectos como lo que ahora pasa en China-) se habría quitado la gorra en señal de respeto.
A la vez que visiono estas cosas y saco estas conclusiones, releo las impresiones de Simone Weil sobre Alemania en la transición 1932/33 (recogidas en el volumen II de sus OOCC, ECRITS HISTORIQUES ET POLITIQUES). Y me reafirmo en que sólo una catarsis de caballo ("la bala de diamante que estalla en medio de la frente", en palabras del superhombre Kurtz, bisabuelo del replicante Roy Batty, que tantas cosas vio tras la Puerta de Tannhauser -porque la Revolución sólo tiene sentido como catástrofe capaz de propiciar una conmoción interior purificadora de escapismos: todo lo demás es verborrea mercadotécnica, puro spam para confundir a la grey-) puede redimir a un personal degenerado de sus aloisgrías suicidas, de su peplum hedonista, y encauzarlo al justo y necesario DE PROFUNDIS o, si no hay manera, porque el proceso de gangrena, de inmunodeficiencia sociocultural, está demasiado avanzado (el destino de Sodoma, uno de los deja vus más recurrentes en el diorama de la Historia), a la no menos justa y necesaria E-X-T-I-N-C-I-O-N.
En cualquier caso, gana la Naturaleza, la Pureza, la Integridad. Final feliz.