http://inmadesantis.blogspot.com/2009/12/la-geometria-de-los-recuerdos.html
http://inmadesantis.blogspot.com/2009/06/ella-el-y-benjamin.html
“Nunca, en toda mi vida, he conocido una persona a la que pudiera someterme o a la que fuera capaz de admirar. Pero este monte Takagamine me mira siempre desde lo alto, diciendo:
`Kôdô, Kôdô´”.
Kôdô Sawaki.
Publicado por dildo a 2:39:00 2 comentarios
Tú: ¿Sabes tocar aquello?
Yo: Soy joven
Tú: Pero es totalmente nuevo para tí...
Yo: Y soy capaz de hacerte vibrar
Tú: Conviérteme en una pieza de antología
Yo: A veces soy caprichoso pero te mostraré en todo momento un virtuosismo y una velocidad impresionantes
Tú: Tu asombroso vigor
Yo: Un infierno lleno de intenciones
Tú: Hazme subir la tensión
Yo: Me dirijo a tí como un diablo saltarín
Tú: Desconocido
Tú: Rehusado
Yo: ...
Tú: Ausente
Yo: Completa mi dirección. Indícame con xxx la causa de tu devolución
Tú: ¡Ábreme por simple tracción!
Yo: Pagaré tu franqueo
Tú: Lo veo...
Yo: Me paseo por el filo de las modas
Tú: A ultranza
Yo: Simbolizo plenamente la efervescencia de los ochenta
Tú: Incontestado maestro
Yo: Tengo un sólo ojo en la frente
Tú: En forma de reloj
Yo: ¡Te llegará la emancipación y surgirá la polémica!
Tú: La rabia de vivir, cariño
(7 minutos de silencio)
Tú: Inventa un argot porteño
Yo: ¿Específica jerga técnica?
Tú: Archiva mi expediente
Tú: Volvamos al lugar de la infracción. Rápido
Yo: Bien. Seré resolutivo
Tú: Es la hora de infringir lo habilitado
Yo: Sin duda, ha transcurrido el plazo
Tú: Así... ¡percúteme con tus índices! Allí...
Yo: El 26 de Mayo de 1942 revelé al mundo un irresistible tintineo
Tú: No pares, continúa la tramitación
Yo: Diriges el departamento de instrucción. Acataré tus órdenes de inmediato
Tú: Subdirígeme con tus rápidas gestiones. Hazlo
Yo: Servicio permanente
Tú: ¡Infringe todos mis preceptos!
Yo: Pero en días laborables
Tú: Descúbreme...
Yo: A mis 80 años todavía soy el que mejor sabe caldear el ambiente
Tú: Apasionantes aventuras
Yo: Tu lirismo me desborda con un mensaje limpio
Tú: La muerte de mi peluquero fue provocada por una tuberculosis extraordinaria
Yo: ...
Tú: Retenme a tu mástil por un arnés de seguridad
Yo: Apórtame tu evaluación
Tú: Te encuentro explosivo
Yo: Llevamos mucho tiempo así. Procede el sobreseimiento
Tú: En virtud de lo dispuesto...
Yo: Tengo motivos invalidantes
Tú: Circúlame pues
Yo: ...y fundamentos legales
Tú: Elévame, vamos
Yo: Te irás convirtiendo en terciopelo
Tú y yo. La luna, el sol. Primavera la espera. Verano la mano. Otoño un retoño. El invierno...¡un infierno! Eso es el amor. Sí señor.
¿O no?
ilustración: Joan Brossa (Barret-A 1988)
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“Cayó la noche y, a la luz de la luna, la figura del sacerdote se asemejaba a un montón de huesos blancos.” (YUKIO MISHIMA)
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Etiquetas: la locura de los priones
Publicado por Gaucho Divino a 20:24:00 2 comentarios
Una información densa, abundante y rigurosa me esperaba nada más llegar a casa. La reciente urbanización del descampado mira hacia el futuro y aleja de nuestras memorias la historia trágica de la avenida. Mi calle tiene un oscuro bar de húmedas paredes pero fuera se respira una vitalidad incontestable. A quien debo devolver la llamada es a mi querida tía María del Carmen que me reclama en Alburquerque, feliz y acomodada. Nuestro ascensor comunitario posee un concepto rítmico muy simple: un tiempo fuerte marcado en el arranque y un tiempo débil marcado en sus oxidados engranajes. Pero su "chin-qui-tink" va progresivamente variando hacia complejos polirritmos según avanzan los pisos. Vivo en un 19.
Giré repetidas veces la llave (segunda tarea pendiente: engrasar de una vez la cerradura) y al abrir me encontré con mi casera en posición "abierta". Pronto nos vimos inmersos en una búsqueda máxima de grados conjuntos y notas comunes. Los vecinos de enfrente, gente corriente, se quejan constantemente; no comprenden nuestra defensa a ultranza del ritmo binario y contínuo. En los años 70 surgió una polémica en el edificio que enfrentó a defensores del ternario y activos partidarios del ritmo binario, fisiológico y africano.
La chica del 17 suele subir a pedir manteca. Me siento un improvisador melódico que goza de diferentes grados de libertad. Dispongo de muchas posibilidades al acompañar a una solista como ella. Desde la simple paráfrasis del tema, pasando por la improvisación estrictamente tonal, los cromatismos diversos, notas de paso y hasta incursiones basadas cada vez más en tonalidades extrañas que tanto aprecian nuestros consumidos cuerpos, prestos al acoplamiento.
Viaje iniciático al descansillo. Los lunes proclaman la gravitación universal del espíritu vecinal. Ella dibujó el escenario, planteó el conflicto y las reglas del juego y me predispuso a entrar en una apasionante aventura narrada con admirable fluidez, en la que no faltan los peligros, las luchas pornográficas grecolatinas, la inquebrantable ironía y los Caballeros Rojos que expiran en sus brazos. Tradiciones artúricas en la cesta de la ropa recién lavada. Nuestra elegante portera revela un pasado majestuoso y es capaz de provocar una instantánea sensación de acogimiento soberano y divino en cuanto sus frondosas curvas dan sombra mientras el sol aprieta (pero no ahoga). Su piel fría es una mezcla de novela de aventuras y parodia literaria. Busco un sentimiento nuevo que mantenga alta mi vida.
El 6 de octubre de 1871 se inició la primera gran gira de espirituales a cargo de los once "Jubilee Singers" del colegio Fisk de Tennesee, una auténtica epopeya que les llevó hasta las cortes del zar, de Federico III y de la reina Victoria. La micronación de mi cada vez más musical edificio está coronada por tres deliciosas princesas secretas.
La portera: aroma elegante de manzanas verdes; en el paladar resulta fresca y amable, con finura sostenida por una buena persistencia
La casera: sabrosa, con nervio, pletórica de recuerdos, con cuerpo y solera
La vecina del 17: muy compleja y equilibrada, con notas florales y sabores herbáceos; en boca domina un final de delicado amargor.
Publicado por Gaucho Divino a 0:19:00 3 comentarios
Mi madre me dijo en repetidas ocasiones que encontraría chicas como tú. También me previno: "Nunca sabes lo que te puedes encontrar". Las tres revoluciones del planeta vivo ya se han producido a nivel microbiológico pero tú sigues siendo una chica pobre y ordinaria que vivió un romance con un médico rico y déspota. Cuando estuve en Inglaterra la lluvia parecía eterna y te busqué por todas partes más no te encontré, ni hallé rastro alguno de tus huellas neumáticas. El sobrecargo me animó con su mirada, pero pasé todo el vuelo velando las armas. Mi amor vienés por tí es salvaje; tu cuerpo mi estilete, mi sangre y excrementos pintura.
Los abogados están asombrados de mi capacidad de recuperación, ejemplo de esa pasta especial de la que estamos hechos los mártires totalmente afeitados. Fui uno de los 135.000 asistentes -cifra superior a la pasada edición- en la XI Feria Mundial del Toro, muestra que este año tuvo como eje central la dehesa. En el kiosco de las flores de Sevilla escuché plácidamente y por vez primera a Elurretan, mientras degustaba unas huevas con cerveza a la caída del sol. Lagos chispeantes para la relajación estival en el purgatorio de los sentidos.
He insultado a tu familia monoparental y me siento orgulloso de ello; tan sólo quiero engrasar con mi propia sangre la fábrica de quietudes nerviosas. El imperativo ético de tu inteligencia te ha conducido al desengaño más atroz. Me están llamando por teléfono otra vez, así que tendré que escribir la carta un poco más tarde.
Publicado por Gaucho Divino a 18:56:00 0 comentarios
Publicado por dildo a 2:32:00 1 comentarios
Publicado por claroscuro a 9:16:00 0 comentarios
Etiquetas: Anatole France
He terminado de leer recientemente “El rosa Tiepolo”, de Roberto Calasso, un homenaje apasionante a la obra del pintor veneciano Giambattista Tiepolo. Para muchos de sus contemporáneos Tiepolo fue un artista excéntrico, frívolo y mediocre; Roberto Calasso, en cambio, intenta demostrarnos que fue el pintor definitivo del ángel y del daimon:
"El drama, el sufrimiento, la salvación eran elementos remotos para Tiepolo, devoto exclusivo de la epifanía y, por eso mismo, de los ángeles, los cupidos, las ninfas, los sátiros y las sátiras, de todos los seres intermedios y mediadores a los que les es confiada la circulación psíquica entre cielo y tierra. Tiepolo se sentía cómodo en la estela de esas vastas poblaciones, ignoradas casi siempre por la humanidad común. Quizá solamente se sentía cómodo entre ellos”.
Tiepolo vivió entre la tierra y el cielo, en los mundos intermedios, y acabó volviéndose huidizo, como los sátiros, las ninfas y los ángeles que amaba pintar. No sabemos prácticamente nada de su biografía salvo algunos detalles generales. Al seguir sus huellas se tiene la impresión de que Tiepolo sólo fue capaz de vivir en la tierra evanescente que nos muestra en sus cuadros, dejando, en cambio, un rastro mínimo en la tierra. Quien persevera en su misterio acaba sintiéndose como un victoriano en busca de hadas. En “El rosa Tiepolo” Roberto Calasso se propone seguir el rastro de una criatura fabulosa. Apoyándose en la estética, la metafísica, el esoterismo y un conocimiento apasionado de la pintura de la época intentará encontrar a Tiepolo en el corazón de su obra, sus grabados. Y allí descubrirá ruinas devastadas por la luz donde se reúnen polichinelas, sátiros y ancianos orientales. ¿Para qué se reúne ese cortejo y por qué está siempre presente la serpiente en sus encuentros? ¿Quiénes son los ancianos que Tiepolo pintaba entre los personajes de sus cuadros –aunque su presencia no estuviera justificada- y que parecen observar siempre todo lo que sucede? Además de responder a estas preguntas –y de plantear otras mucho más inquietantes- Roberto Calasso rescata a Tiepolo del olvido y demuestra –en una vendetta implacable contra la crítica oficial- su condición de artista visionario.
No adelanto más detalles, ya que estas notas sólo pretenden ser una invitación a la lectura. Apunto sólo un hecho que me ha parecido llamativo. Ya anciano Giambattista Tiepolo aceptó el encargo de pintar los frescos del Palacio Real de Madrid. España, un país donde “la luz era inerte” y devastadora, acabaría convirtiéndose en su tumba. Su cortejo de genios, orientales, serpientes y ángeles se desvaneció, golpeado por el exilio y la caída. Y no es extraño: el gusto severo español, la rigidez de los encargos, la luz cruda y cierta preferencia nacional por la ascesis y el espíritu –aunque sería más justo hablar de una parodia de ascesis, asociada a formas mecánicas de mortificación, y de un espíritu distorsionado, que censura los movimientos y los juegos del alma- hacían incomprensibles sus cuadros. España fue, de nuevo, la tumba del ángel.
El lector español lee con un placer cómplice estas páginas. Se nos está hablando, en el fondo, de las posibilidades de supervivencia del hombre marcado por el ángel en un país que parece hecho de plomo. En el hundimiento de Tiepolo resuena la melancolía de Juan Eduardo Cirlot y el abatimiento de todos los visionarios españoles que han sido devorados por el Dragón del Mundo. Sin el rosa Tiepolo –un tono que Europa ha olvidado y que Calasso recuerda- corremos el riesgo de olvidar el alma (que es también la imaginación visionaria) y con ella una vía privilegiada al espíritu. El rosa Tiepolo es el fondo transparente que permite el encuentro de Chrysagon y Bronwyn, la imaginación incandescente, el anillo invisible que une cuerpo y espíritu. Quien recuerda ese color puede ir más allá de las tierras brillantes.
Llamamos vértigo al miedo que siente todo aquello que pertenece a la tierra cuando se enfrenta a lo uranio, al abismo inmenso de los cielos, a una claridad cegadora. Sin embargo para comprender la agonía de Tiepolo en España habría que hablar de lo contrario del vértigo, inventando quizá una palabra nueva. Porque lo que la cabalgata aérea de Tiepolo temía por encima de todas las cosas era la tierra. En España los genios y los ángeles descubrieron la ley de la gravedad, el espesor mineral de las cosas. Tiepolo no tardó en acompañarles en su caída. Murió en 1770 –estaba a punto de empezar la Era del Lobo- enfrentado a lo que para él debió ser una pesadilla: un país de hierro.
Publicado por Monsieur Tiffauges a 13:24:00 4 comentarios
Los locos y los bárbaros acechan. En la red se pueden encontrar todo tipo de artículos diseñados para defender la preciada pantalla de plasma con la que ver Gran Hermano.
Si lo que se desea es imitar el compartimiento de un avestruz, lo ideal es optar por pequeños espacios camuflados en el suelo con capacidad para una persona (asustada).
Para los más activos se ha diseñado la mesilla de noche Safe Beside Table (no se encuentra en Ikea), una mesilla de noche perfecta para repeler ataques nocturnos: su pie es un bate de béisbol y el tablero, un escudo. Otra buena opción es la pistola de rayo paralizante X26.
Si los temores son más bien de tipo apocalíptico es posible encontrar todo tipo de refugios nucleares a buen precio (Alpine Survival se encargan del transporte e instalación de las confortables Terra-X Security Suites©). Para los que necesiten enfrentarse a sus miedos, se ha diseñado el Huggable Atomic Mushroom, un peluche con forma de hongo nuclear.
Publicado por Juanjo a 14:29:00 2 comentarios
I am the God Thor
I am the War God
Here in my Northland
My fastness and fortress
Reign I forever!
Here amid icebergs
Rule I the nations;
This is my hammer
Giants and sorcerers
Cannot withstand it!
These are my gauntlets
Wherewith I wield it
And hurl it afar off;
This is my girdle;
Whenever I brace it
Strength is redoubled!
The light thou beholdest
Stream through the heavens
In flashes of crimson
Is but my red beard
Blown by the night-wind
Affrighting the nations!
Jove is my brother;
Mine eyes are the lightning;
The wheels of my chariot
Roll in the thunder
The blows of my hammer
Ring in the earthquake!
Force rules the world still
Has ruled it, shall rule it;
Meekness is weakness
Strength is triumphant
Over the whole earth
Still is it Thor's-Day!
I am the God Thor
I am the War God
Here in my Northlands
My fastness and fortress
Reign I forever!
Reign I forever!
Reign I forever!
Forlorn forever...
(BLOOD AXIS)
Publicado por dildo a 2:42:00 1 comentarios
Sonará frívolo (lo mismo hasta blasfemo) pero uno de los momentos (fuera del sueño) en que más cerca me he llegado a sentir de la descreación zazen (al menos, por lo que he leído y me han contado) ha sido (no siempre, también es verdad -sólo en contadas ocasiones, sobre todo entre el 2002 y el 2004-) al viajar en moto por el paisaje de roca de un videojuego, paisaje que identifico con esas extensiones del Asia interior limítrofes con Siberia en las que hoy viven algunos de los sujetos más duros del planeta. El juego lo incluía el cd de WINDOWS 98 y supongo que mucha gente lo conocerá, incluso habrá quien lo considere obsoleto. Yo lo volví a instalar en el XP y, de vez en cuando, si busco liberar toxinas sociales y encararme con el infinito así como afinar mi a menudo dispersa concentración, me subo a la moto y recorro esos paisajes desiertos, en diálogo con el cielo, con la piedra, con las montañas del fondo (la iluminación, repito, ya nunca ha vuelto a ser tan intensa como en la época mencionada pero me sigue valiendo, en su tono menor). Por supuesto, el programa lo uso mudo porque el petardeo, con su tufo vano de autocomplacencia motera, me disturba. Al mando de mis dos ruedas, no me creo un Dennis Hopper espitoso y maltratador sino más bien un Robinson motorizado que se aferra a su cabalgadura como un jinete pálido enemigo de la gente y sus decepciones, como un solitario amigo de soledades.
Publicado por el zurdo a 0:02:00 1 comentarios
Publicado por claroscuro a 23:06:00 2 comentarios