Aquella joven disoluta de cutis extragraso llegó a unas conclusiones minimalistas para el perfecto negocio hostelero.
Para la cama, ella se ofrecería a los huéspedes como principal atracción.
En cuanto a la mañana siguiente, unas tostas restregadas por sus oleosas mejillas les brindarían un copioso y nutricio desayuno.
(parida de duermevela alumbrada tras soñar con cierta villana de la serie RIVERDALE, cuyo peculiar aspecto me inspira a un tiempo atracción e indigestión -porque las grasas en exceso me sientan cada vez peor-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario