lunes, 23 de julio de 2012

SI MI FACEBOOK VALIERA TU PISTOLA...

dedicado a todos los estupendos que practican gestos feroches desde la impunidad del FB; el día que uno de estos gestos les cueste (en pérdida de empleos, linchamiento civil, ostracismo social...) lo que a mí cierta mañana de junio de 1986, entonces, sí, lo mismo me quito el sombrero.


entradas complementarias:

https://tenacarlos.wordpress.com/2012/03/31/el-farol-de-anonymous-no-se-encendio/

http://tenacarlos.wordpress.com/2012/04/10/algo-huele-a-podrido-en-anonymous/

http://tenacarlos.wordpress.com/2012/05/04/despues-de-anonymous-llegaron-los-desconocidos-esto-huele-a-chamusquina/




El inconformista más travieso es, al final, el más membrillo. Y el que se lo cree de veras y no abdica de su disconformidad, cuidadín, ninios y ninias, ese es un SUPERVILLANOOOOOO!!! (un mensaje del Gran Hermano por cortesía de muesli Soylent  Brown -hecho con caca de cadáver exquisito-)

2 comentarios:

Don Clorato de Potasa dijo...

Uf, cuántos cretinos se despachan a gusto por la red... claro que los secuaces que los vitorean no son, en modo alguno, menos inocentes. Yo recuerdo una agria polémica con un tonto de capirote, Benítez Reyes, que se quejó por la concesión del premio reina Sofía a Ernesto Cardenal. Todos sus acólitos lo vitorearon y yo (que, la verdad, no entiendo cómo llegué a ser amiga de este sujeto), que me debo a mi jesuita poeta, le escribí, sucintamente (más por pereza que por chinchar más, que las cosas, si se dicen de a poco parece que escuecen más) que sonaba a envidia. Un día buscaré la prueba (juraría que grabé el linchamiento público al que fue felizmente sometida) y la colgaré en este blog. Insensatos...

Don Clorato de Potasa dijo...

Uf, cuántos cretinos se despachan a gusto por la red... claro que los secuaces que los vitorean no son, en modo alguno, menos inocentes. Yo recuerdo una agria polémica con un tonto de capirote, Benítez Reyes, que se quejó por la concesión del premio reina Sofía a Ernesto Cardenal. Todos sus acólitos lo vitorearon y yo (que, la verdad, no entiendo cómo llegué a ser amiga de este sujeto), que me debo a mi jesuita poeta, le escribí, sucintamente (más por pereza que por chinchar más, que las cosas, si se dicen de a poco parece que escuecen más) que sonaba a envidia. Un día buscaré la prueba (juraría que grabé el linchamiento público al que fue felizmente sometida) y la colgaré en este blog. Insensatos...