AP (la de los 7 magníficos ex/ministros de Franco y "España, lo único importante"): 16 diputados y 2 senadores en 1977; dos años más tarde, en coalición con Areilza, Senillosa y Alfonso Osorio: 10 diputados y 3 senadores.
PCE: 20 diputados y 5 senadores en 1977; dos años después, 23 diputados y 1 senador (logrando en las municipales de ese mismo año, con los pactos con el PSOE, hitos como la alcaldía de Madrid para Tierno Galván); en las tres elecciones generales bajo el liderazgo de Julio Anguita lograría 13 diputados en el 89 y 93 y 12 en el 96 (en este año, con la "pinza" al helénico modo -bueno, y al duginiano modo tras los traumáticos sucesos de octubre '93 en Moscú-, logra la caída del felipismo y la llegada a la Moncloa de Aznar).
CDS: 2 diputados en 1982 (y UCD, con Suárez ya fuera, 11); 19 diputados en 1986; 14 diputados en 1989.
Se habla de que, tras la moción de censura y el ataque feroz de Pablo Casado contra Abascal, VOX podría alcanzar los 60 diputados en unos comicios generales. Repasemos su incidencia en la política nacional: sin diputados todavía en las Cortes, logra con su concurso (12 escaños en las autonómicas de 2018) la caída del PSOE tras cuarenta años al frente del gobierno andaluz; también figura como acusación popular en el juicio contra el 1/O; actualmente, VOX tiene 52 diputados en el Congreso, 2 senadores, 529 concejales en las municipales de 2019, 3 eurodiputados más 46 escaños, aparte los andaluces, en otras consultas autonómicas.
Los medios siguen hablando de esta formación como si de una anécdota extraparlamentaria se tratase, como algo chusco y fugaz, olvidando que Podemos está en la Moncloa con 26 diputados (más otros 9 coaligados). Se supone que en un país que ha batido el record el pasado año de consultas electorales y donde buena parte de los partidos actúan sumamente condicionados por las encuestas y los gabinetes de mercadotecnia (más como cadenas privadas de tv que como formaciones políticas), tener escaños en todos los ámbitos significa algo, salvo que se les dé a esos escaños el mismo peso vacuo que daba el Caudillo a los procuradores franquistas. Parece que Pablo Casado, al romper puentes con VOX y demonizar con ello a todos sus votantes (algo que ni siquiera hizo Fraga en el 77 con el PCE), actúa en esa dirección. Veremos en qué queda todo. La vida te da sorpresas y... arrieritos somos.
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