parábola con guiños a una canción vainiqueña, un cuento de Poe y una novela de Stevenson
Don Marcial, de buena mañana, para hacer sus compras, lucía su más completo atuendo profiláctico (mono con mascarilla y guantes, en plan condón human size) pasmando y avergonzando a quienes íbamos más de trapillo, limitándonos a hacer nuestras gestiones lo más rápidamente posible sin restregarnos con nuestros prójimos ni respirar a pleno pulmón en lugares cerrados.
Pero, al ponerse el sol, sobre las 8 aproximadamente, don Marcial, fiel a su condición de hombre entre la multitud, se unía a hordas estridentes al grito de "NO ME QUEDO EN CASA" y, aplaudiendo, blandiendo baterías de cocina, haciendo sonar bocinas y panderetas, montaba diariamente el pollo, pasmando y avergonzando a quienes nos quedábamos en casa en compañía de Sheldon y sus amigos o a punto de prepararnos la cena.
Don Marcial lo tenía claro: la cosa era pasmar y avergonzar, por un motivo o por el contrario...
martes, 24 de marzo de 2020
DON MARCIAL BRIONES (el loco del Coronavirus)
Publicado por el zurdo a 10:09:00
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