Se me ocurren mil consideraciones, ironías, análisis de trago largo entre lo que voy goteando en comentarios o posts del FB y también lo que me callo: podría, como otrora, alumbrar un artículo/tocho diciendo con pelos y señales las verdades del barquero Caronte pero, sabedor de que nadie va a reaccionar ni salir de su autoengaño (visceral o simulado), me limito a desahogarme con este proverbio cagarruta.
Los cobardes se vienen arriba a cuenta
del bajo perfil de sus ¿contrarios?
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