Si se puede escapar del ruido mediático, incluso teniendo Facebook. Sólo
bloquear o limpiar a los propagandistas.
Si se puede existir sin vuestra cochambre, es más, se debe, tertulianos del
orto. Ya hieda en LaSexta Deluxe o en Cascabeles carpetovetónicos.
Si se puede dejar de utilizar un lenguaje viperino, que da arcadas. Aunque yo
mismo lo utilice para este desahogo.
Si se puede abandonar lo coyuntural para buscar las esencias de esta ingeniosa
patraña llamada vida.
Si se puede estar informado del mundo sin manipulaciones extremas. No creas a
nadie a pies juntillas, aunque te guste lo que oigas.
Si se puede ser equidistante con la bazofia, aunque ellos te digan que no. ¿Conmigo
o contra mí? No, imbéciles. Against the world. Dirty Harry te lo enseña.
Si se puede hacer humor y cuchufletas sin compartir la gracieta del día.
Abandonad Cabronazi, escoria. Buscad a Fernández Flores que os espera en esas
cosas que adornan las estanterías de las casas de vuestros padres y se llaman
libros.
Si se puede huir. Huir como la meta misma, como método, como modus vivendi. Huir de los coletazos
morados impúdicos y ramplones, de los Borbones y sus millones, de eternas
luchas de poder que deciden sólo lo que hay mañana de comer en casa de algunos.
Huye de ti mismo si hiciese falta. Practica el seppuku neuronal si ves borroso
el cielo.
Si se puede reconciliarte con tu semejante, que no es masa, sino concreción.
Si se puede dejar de hablar de pulgos y pulgas, de tontos y tontas, de idiotas
e idiotos. Agarrad los conceptos y no los soltéis. Mejor tener claro una cosa
en el mundo que divagar con mensajes vacíos y bolsillos anhelantes de
eurodólares y mangos de sartén.
No se puede acabar con esto sin acabar con todo.
Si se puede, no se quiere… resetear todo. Control Alt Suprimir comando erróneo
en vuestros cerebros. Sésiles pedúnculos os unen al sustrato en forma de
migajones y las sobras del puchero.
Somos débiles. Sí. Sé. ¿Puede?
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