La más rotunda y estimulante, comprobar que lo importante ya no es la Rosa: una obscenidad menos (los bomberos inútiles y trepas, a la basura -por una vez, cierto espectro de opinión, refrendando a Cs, castigando al PP y ya no digamos al huesudo culo de la Díez, cuya carrera política de ambiciones ratoneras ha quedado laminada, parece atinar más en la busca de representantes que los defiendan, al margen de que esa defensa sea un largo y tortuoso camino y los susodichos representantes no los acaben traicionando, como ya hizo el PP a partir de mayo de 2008 y la lideresa upedea siempre y cuando le pareció conveniente-).
Alcaldía de Madrid: el pacto antiPP que se supone inminente puede resolverse por una de estas dos claves de gobierno, ambas por cierto empapadas de deja vu: por el neozapaterismo o por el neotiernismo transexuado que podría representar doña Manuela con las muletas del PSOE si la patulea perroflautix se lo permite (a mi entender, esta última vía sería la menos nociva a plazo corto/medio y daría muestra de una cierta inteligencia por parte de la cúpula podemista; aunque, lo reconozco, desde mi lado más leninista, pulgoso y celiniano, un despiporre retomando todos los gestos demagorreicos de ZP y el Tripartit pero acelerados aún más de revoluciones y en el cual el buscón y sus compis tratasen de encabalgarse sobre las provectas espaldas de la alcaldesa por afirmar un ego biodegradable y anecdótico frente a cualquier cálculo realmente ambicioso -lo que siempre conlleva una cierta capacidad de prospectiva y paciencia al barajar- podría llevar a la capital a una situación de colapso que a la larga aceleraría un crack siempre bienvenido por quienes nos situamos más allá de las miserias y andrajos que hoy constituyen la política EXpañola y queremos la caída real y no performada del desorden establecido).
En cuanto a mi opción, una vez más ha quedado en buen lugar: en la comunidad, la abstención queda segunda tras el PP y en la capital es la tercera tras las dos veteranas aspirantes a la alcaldía.
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