Una vez más me descubro ante don Aquilino.
http://vinamarina.blogspot.com/2011/01/la-paloma-de-la-paz-y-el-tiro-de-pichon.html
Desde un prisma distinto pero convergente (al menos, en cuanto a poner en evidencia las hipócritas desnudeces de ese emperador con presunciones de atavío moral que llamamos OCCIDENTE), en el 2003, tras salir por pies de una tertulia radiofónica cuando la directora del programa editorializó sin consultar a sus colaboradores a favor del NO A LA GUERRA de los futuros cejijuntos (prietas las filas en torno a la ceja) al servicio del PSOE (campaña que culminó con esa parusía de paz y amor que va desde el 11 hasta el 14 de marzo de 2004), colgué en LINEA DE SOMBRA esta entrada.
http://www.shadowline1.com/lineadesombra/vspaz.htm
Hoy, mucho más desencantado ante el giro delincuencial que he ido viendo en tantos que en su momento me parecieron de veras insurgentes, sin abdicar en absoluto del fondo de la entrada seguramente no mantendría ese tono tan maniqueamente agresivo. Sigo confiando en una catarsis que acabe borrando esta feria de las vanidades digna de El Bosco (para ser mínimamente honesta, la auténtica radiografía de las actuales miserias a propos de la paz mundial necesitaría al Bosco de reportero gráfico y a Céline a la máquina de escribir) pero creo que esa catarsis vendrá (como ya está viniendo en nuestra pobre y abyecta piel de vaca loca) por los errores de todos, de tirios y de troyanos. Y a partir de ese derrumbe general, cuando el emperador ya no tenga traje nuevo virtual que restregar a sus envilecidos súbditos, cuando la realidad cruel y necesaria nos redima de caprichos y simulacros, podremos salir del agujero negro.
3 comentarios:
¿Cómo es que no hay aún un partido de colombófilos?
Estaba pensando en aquella película
de los 60 en que un jovencito se convierte en líder de un ejército de ratas. Cambiando ratas por palomas (ratas con alas) y con ZP al frente, se podría hacer una jugosa parábola de los últimos años.
¡Líder de un ejército de ratas!
Bueno, mejor me callo... ¡pero existe!
Y no hablo del ya mencionado, que, por cierto, siempre me ha parecido tener aspecto no de rata o paloma, sino de alimaña silvestre y nocturna. Lo cual está muy bien, claro, que todo es obra del Señor.
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