lunes, 1 de diciembre de 2025

UN GRAN JUEGO

 


No hace mucho, cierto analista ruso admitía que Trump claramente está por un orden multipolar pero como situación más idónea para mantener (o mejor, recuperar) la preponderancia usaca. Bueno, es a lo que aspiran todos los dirigentes de grandes potencias, a la preponderancia de SU territorio. Ahora va a resultar que Putin, Xi, Modi o, en tono algo menor, Erdogan o Bukele, no pretenden eso. El plantear lo mejor para uno mismo desde una perspectiva inteligente, al equilibrarse con los deseos similares de los OTROS, establece la armonía. Es la disfuncionalidad en la ambición, sean los delirios maso/sadianos de los WOKE, sean los delirios sado/masocas de los NEOCON, lo que fastidia la armonía. Cuando Nixon y Kissinger se abrieron al Este no lo hicieron por altruismo sino como la mejor manera de acabar con una situación cada vez más peligrosa y entrópica. Tal vez la diferencia está en la dialéctica de Trump, en preferir la rudeza rayando en el slapstick a las convenciones farisaicas de una diplomacia pía y con ribetes de supremacismo moral. En algunos aspectos, la performance trumpiana me ha hecho recordar a Kruschev (con una diferencia, Kruschev era un corrupto y Trump no: Kruschev dio el pistoletazo de salida a la infausta bola de lodo que acabaría en el maidan y Trump, con su reelección, a partir de ratificarse en su desconexión con las políticas más cómplices del maidan, esto es, la británica y la UEuropea, va en dirección contraria). El mundo es más imprevisible ahora que cuando Biden o cuando Obama. Naturalmente: ahora el mundo se ha salido del carril fatalista que los NEOCON y los WOKE habían marcado. Tal vez (los más pesimistas) piensen en un FINAL ESPANTOSO. Pero hay algo claro: YA NO HAY ESPANTO SIN FIN. Y, desde mi optimismo geopolítico, yo ni siquiera veo ESPANTO de ninguna clase, sino acuerdos, conflictos y pulsos planteados sobre cuestiones profundamente PROSAICAS y TERRENALES, sin truculencias mesiánicas ni cancelaciones del enemigo (que ya definitivamente volverá a ser enemigo circunstancial, como en el antiguo orden, no objetivo a aniquilar). La desorganización (esto es, la desburocratización) planetaria provocada por el frenesí trumpiano de interrelaciones CUERPO A CUERPO, es lo contrario de cualquier dinámica totalitaria, es la LIBERTARIANIZACION de todo el orbe. Todos, les guste o no, están jugando a ese juego (inconcebible antes de enero del presente año). Y, evocando a Kipling, es un GRAN JUEGO.