entrada detonada por la lectura BOOMERANG de cierto libro de Gregorio Morán sobre los últimos años de mi tataratío -matizadamente boomerang, porque más que ataques abundan los reproches ¿o quizás son ataques conformados como reproches?-)
La cobardía impulsada desde la funcionalidad no es cobardía sino prudencia. La actitud estrucia de perder por puro canguelo el sentido funcional de la realidad eso sí es auténtica cobardía.
Que mi tataratío marrase en cuanto a las intenciones últimas de permanencia en el Poder del caudillo ferrolano (algo en que, por cierto, marraban a la sazón ¿casi? todos en este país, no importa la bandería o facción, incluidos los elementos más valorados por don Gregorio) no le quita ni un ápice al mérito sismográfico de su último proyecto político durante la República, la idea de un megapartido de CENTRO, de CONCENTRACION NACIONAL, que anunciaba realidades futuras como los rassemblements gaullistas que culminarían en la plebiscitaria V República, o en la secuencia iniciada (a partir de tales rassemblements) por Unión del Pueblo Español y culminada con la UCD (y años después aquilatada en las más exiguas y crepusculares singladuras del CDS y del intento -tan efímero como aquel original proyecto orteguiano- de la Internacional Progresista -que sólo encontró el apoyo del homólogo luso de Suárez, el general Ramallo Eanes-) o (a una escala mucho más territorialmente diminuta y, por tanto, tal vez más factible, si nos atenemos al tópico del Rousseau ginebrino -aunque hoy tal modelo se extienda sin prisa pero sin pausa desde 1979 a un país tan poco diminuto en territorio y población como China hasta elevarlo a primera potencia planetaria de facto-) el PAP (Partido de Acción Popular) que LEE KUAN YEW concibe para el gobierno y consolidación de la soberanía de Singapur a partir de mimbres tan diversos como elementos procedentes del comunismo, del centro izquierda laborista o de sectores más conservadores vinculados a las diversas etnias que conforman la isla/estado (esa presencia fundacional de comunistas "digeridos" nos hace pensar en ese momento mágico de la seducción de Carrillo por Suárez y que se perdería enseguida por las insidias, ambiciones y torpezas de hunos y hotros, mayormente de golpistas y felipistas, sin olvidar los borboneos desencantados ante un Suárez sin vocación de títere).. Finalmente, toda esta dinámica imaginada por Ortega y desarrollada por De Gaulle, Suárez o Ramallo Eanes, desembocará en la consumación definitiva del ente que, desde su gestación a fines de los 90 por un Yeltsin desencantado de las sirenas atlantistas y por el centrismo soberanista de Primakov, se consolida bajo la férula del Putin Amo en la dinámica regeneracionista que marca este primer cuarto del nuevo siglo en Rusia y hoy condiciona sustancialmente el devenir de todo el planeta. De Ortega a Putin, no es mal itinerario...
«yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo» (Putin traducirá al cirílico esta consideración de Ortega en una de las condensaciones más lúcidas de su quehacer político)