viernes, 15 de septiembre de 2023

VIEJINGER Z

 

Pienso en aquellos niños metidos dentro de los gigantescos robots MAZINGER y AFRODITA y conduciéndolos, y cada día que pasa me resulta esta imagen más recurrente como metáfora de mi estado actual. El retarded emocional metido dentro de una condición senil que, en buena medida, más que vivir la siente desde fuera (el Tom Hanks de BIG en cuerpo de anciano que ya he sacado a colación alguna vez), analizando diversas circunstancias de deterioro no como algo íntimo sino como averías de un coche con mucho kilometraje. En parte, trato de disfrutar de la vejez del único modo que se me ocurre, notando cómo mi anterior condición imperdonable (en la antiutopía unanimista de lo políticamente correcto) de "tío raro anticlimático" se relaja ante los demás por mor de edad, como dictaminando que todos los viejos son raros y anticlimáticos. La condición de "juguete roto", de "maldito" fastidioso (como se quejaba el biógrafo Benito Fernández ante aquellos malditos que no acaban de morirse -y acaban deviniendo en tediosos semiespectros que importunan al periodista y no pintan nada en este mundo felizmente reglamentado de gentrificación y caOSpitalismo fractal en patinete-) no me la quita nadie y los vetos y ostracismos ya son definitiva milla verde hacia la muerte. No más oportunidades de reentreé, porque todas las anteriores (libros, peripecias musicales, documentales) embarrancaron y la gente está demasiado ocupada (más aún en estos tiempos de glaciación económica y estrechamiento del abanico de opiniones por mor de situación ¿pre?bélica) para atender a rarunos y heterodoxos (salvo las epidérmicas frikeces aceptadas desde los sanedrines competentes de los media y las redes sociales).

En fin, lo mismo duro mil años más (como Lucette y sus sesenta años de viudedad) pero me está dando la impresión (igual son sólo miasmas de suspicacia inoculadas por este verano dedicado a Destouches) que el personal, haciéndose eco del biógrafo antes mentado, se impacienta ("YA ESTAS TARDANDO, CHAVAL") ante mi contumacia en seguir como testigo intempestivo de este teatro del Bosco... 

viernes, 1 de septiembre de 2023

EL CULTO AL CUERPO COMO METAFORA DEL ODIO AL CUERPO

Todo lo que se pretende sacar del océano para purificarlo de basura artificial y no degradable, por mor de una belleza contrahecha (a caballo entre el gordo flotante Harkonnen de DUNE y el terminator de metal líquido), se anhela como relleno que acabe con la gravidez y las arrugas. BOTULOVE, SILLY CONNIE... Botox para la dermis, corrección política para la materia gris (buscar la coartada definitiva para ser lo más sociopática y autocomplacientemente COOL y ni así se logrará la consumación robótica, el vacío espiritual, el apego impersonal a la poltrona de nuestro presidente Pedro Sánchez, ídolo de las funcionarias eurocráticas y del Deep State por su guapura caracartoniana y su dominio del inglés -traducción pseudogestora, a fin de cuentas en perpetuo piloto automático por mor de coaliciones trileras y cesiones centrífugas de responsabilidad, de esos modelos masculinos basculantes de tantos spots de tv, versiones animadas de la muñeca hinchable: los pucheritos de Arias Navarro a la muerte del Caudillo, su mediocre y perruna fidelidad de administrador/munícipe/enterrador de la finca española, en comparación, están palpitantes de vida, son HISTORIA, esto es, lo contrario de la ANTIUTOPIA-). Un país grávido y con arrugas (bien de arrugas, desde el recién parido al vejestorio terminal) es un país vivo. Lo otro es lo de los mutantes del planeta de los simios, la tersura artificial que enmascara la más estomagante inmundicia (al menos, a su modo, el gordo Harkonnen, en su rechazo de las máscaras, era más honesto en su depravación).