Volviendo de la compra me he topado en la fachada de un estanco con esta nanopintada, digna de un retrete de la ultramontana Casa Pepe:
CUANDO SALGO DEL ESTANCO
SIEMPRE DIGO "VIVA FRANCO"
Supongo que la cosa estará relacionada con la crispación existente entre tirios y troyanos a propos del proyectado traslado de la Excelentísima Osamenta pero a mí, cual magdalena de Proust, me hizo evocar otros tiempos, cuando aquellos galanes del desarrollismo, todos con muy buena planta, nula capacidad interpretativa y siempre doblados, que llenaban secuencias y secuencias en pose "interesante" (se supone que meditabunda) con un pitillo en los labios. Luego aparecía "Ella" y le ofrecían (en plan rito sexuarl) ese mismo cigarrillo con su poquito de adn baboso. Contraste abisal con las imágenes de ahora de mujeres ajadas oteando el climaterio, con ojeras hasta los pies, pelo mate y estropajoso y fumando convulsivamente por la calle, como si se estuviesen inyectando el tabaco en vena. También me acordé de esa ridiculez de vender tabaco con slogans y fotos "disuasoras" de completa inutilidad (en todo caso, como reacción por sentirse agredido en su dignidad de fumador, el usuario de la cajetilla, fumará el doble, triple, cuádruple, en plan maquis tabaquista ante un entorno represor). Es como que Lara llamase ESPANYOL al ESPAÑOL: si se trata de rebajar la españolidad de un club de tal nombre se le cambia éste por RUFIANES F.C. y a otra cosa. En cuanto al tabaco, mejor que se prohíba en plan Ley Seca y ya está: la gente va a seguir fumando igual pero buscará lugares clandestinos de luxe a lo años 20 y sin esas penosas imágenes de autodegradación callejera. Y es que siempre será mejor la prohibición neta que el chantaje moral.
En cuanto a mi postura personal frente al tabaco, ya dije lo que tenía que decir aquí.