El ectoplasma de Franco se posesiona de un mendrugo sesentón y éste intenta asesinar a Sánchez.
Desde el incendio del Reichstag no hubo noticia tan sensacional. La asesoría "a la usaca" de Iván Redondo sigue jugando fuerte. Tras los limbos y kabukis del período anterior, la etapa surgida de la moción de censura nos vende cómo se puede ocupar la Moncloa y mantener a la gente tan entretenida (o más) que con Pablillos o con Puchdemontres. Ahora, con la ayuda objetiva de VOX en su rol de contraPodemos, el presidente va perfilando una hibridación interesante, con un pie en el fondo de maquiavelismo felipista y otro en las formas demagorreicas zapateriles (lo que Rubalcaba en 2011 quizás soñó y no logró realizar). Desde el nihilismo activo con que hay que ver estas cosas (sin fe ni respeto, que dijo el jerezano rehén de los Franco en Cuelgamuros), esta marchosidad sanchista (con algo del Otto de LOS SIMPSONS jugando a carreras con el bus de la escuela) nos anima y entona, sobre todo por la certeza de que el mundo sigue girando en opuesta dirección...
VENGA, PEDRO,
ADELANTE CON EL ROCANROL!!!!