(en plena digestión de EL CAMINO DEL PENSAR DE MARTIN HEIDEGGER,
de Otto Pöggeler, traducido, anotado y epilogado por Félix Duque)
Cuanto más difícil se me hace escribir y, por tanto, leer irrelevancias, más me siento en condiciones de respetar (esto es, de mejor acceder) a la(s) Palabra(s) (y al eco sonoro de sus silentes espacios).