sábado, 28 de mayo de 2011

BASURA BLANCA, PIE NEGRO VS GOLIARDOCRACIA



Lo reconozco. A fuerza de ser tratado así, he llegado a la conclusión de que eso debo ser: basura blanca, pie negro (en francés queda mejor). Pertenezco a ese tipo de gentes cuyos sufrimientos, humillaciones y ofensas nunca atraen la atención de la izquierda (“que se joda”, “algo habrá hecho”, “¿cómo osa quejarse?”).

Hay dos colectivos en esta abyecta piel de vaca loca que se merecen el epíteto que yo he acabado por asumir, las víctimas de atentados que se niegan a dejarse sobornar o caer en “síndromes de Estocolmo” (víctimas huérfanas de atención mediática –salvo muy contadas excepciones- y de apoyo político –salvo muy contados elementos, bien a título individual, bien grupúsculos bienintencionados pero inoperantes en su precariedad o, ni siquiera bienintencionados, sólo deseosos de atraer incautos al dudoso carro de sus demagogias poujadistas-) y los afectados de AFINSA y FORUM (presentados por el grueso de los media como rapaces especuladores que han recibido su merecido con el contratiempo que un día de junio de 2006 les volatilizó sus dineros). La gente de izquierda, progresista, profundamente preocupada por la sociedad civil, jamás les prestará atención: en eso consiste ser basura blanca, pie negro, en estar jodido, mutilado, abocado a la indigencia, huérfano de seres queridos, y no tener derecho a quejarte, a compararte con otros que también sufren (no lo dudo) pero que tienen la suerte de salir en la foto por encajar mejor en ésta, en sus reduccionismos, en sus apriorismos (es incorrecto ser víctima de ETA o no sentirse conforme con la papilla oficial sobre el 11M –incluso víctima colateral o indiscriminada: hace poco alguien profundamente enfervorizado con estas acampadas de Sol me llamó conspiranoico y me señaló lo obsoleto de recordar HIPERCOR o los doscientos muertos y los trenes desaparecidos que encumbraron a ZP, esas cosas que parece no tenían cabida siquiera para una miserable pancarta en esas acampadas tan heterogéneas, donde toda protesta, todo despojo, toda orfandad provocada por la arbitrariedad de quienes mandan se supone tenía cabida, en plena apoteosis de memorias históricas y de vindicaciones de desaparecidos en lejanas latitudes-).

Yo pertenezco al segundo de los colectivos mencionados, y a partir de ese día de junio en que 17000 € (fruto de la inversión que había ido haciendo desde el 85 en distintos fondos y planes del dinero que mi breve momento de gloria con LA MODE me deparó –más lo que había podido añadir de los escasos trabajos fijos que he tenido a lo largo de mi vida en prensa o radio: gracias Fernando de Giles, gracias Salvador Valdés, gracias Luis MªAnsón, gracias Carlos Tena, gracias Isidro Juan Palacios, gracias Mikel Barsa-) desaparecieron en la nada kafkiana de la intervención del gobierno, dejé de vivir decorosamente (no era ni mucho menos rico, pero sí me movía con un cierto margen de autonomía económica) para pasar a situarme al borde de la indigencia. Estresado por la subida de los alimentos, del teléfono/ADSL, de la luz, por los palos periódicos ante tal o cual avería en el cuchitril en que vivo y que ya describí profusamente aquí), resentido en mis parcas relaciones sociales por la incapacidad de corresponder económicamente (salvo que al día siguiente medio ayune para compensar el balance), sin encender un aparato de calefacción o de lo contrario (en invierno no hay mucho problema: con vestirme de esquimal o dormir medio vestido…; en verano es más jodido, porque hay momentos en que ni el andar encuerado y con los balcones abiertos evita el sofoco, aún más este verano cuando no pueda abrir la ventana del patio por la pertinaz plaga de cucarachas que, como las ratas en las paredes de Lovecraft, bulle por el vetusto inmueble desde hace año y medio y que me obliga, en cuanto sube la temperatura, a medio gasearme en amoníaco e insecticidas, y a sellar obsesivamente cualquier grieta o intersticio) y hasta viendo la televisión a oscuras para racionar al máximo los gastos eléctricos (y, ni así, porque, con eso de las lecturas estimadas, te pegan la clavada sí o sí).

En una entrada anterior señalé como una de mis posibilidades de voto a Esperanza Aguirre de haber percibido que peligraba su mayoría absolutísima y (por lo que se ha visto) siempre en aumento. Habría sido un voto por puro agradecimiento, por haber dado cierto respiro económico a la asociación de afectados de AFINSA en que me encuadro y por la chance que se me dio entre 2006 y 2007 dentro de los fastos dedicados a la Movida que organizó la Comunidad de Madrid (lo más cercano a un apoyo institucional que he recibido jamás).

Seguramente ni las víctimas de atentados inasequibles a la omertá o a la complicidad masoquista ni los afectados de AFINSA y FORUM que no disponemos de arsenal legal privado logremos una mínima satisfacción, pese a nuestra esperanza irracional de que siempre hay una luz al final del túnel. No hay cabida en el desencaje generalizado. Esperanza Aguirre ha tenido atenciones para con ambos colectivos pero no se le puede pedir mucho más porque carece de Poder para ello. En edad en que otros se jubilan millonariamente yo tengo que buscarme la vida (tarea ardua por el muro que continúa separándome de los media –pues el veto decretado por Diego Manrique en el 86 y levantado oficialmente en el 94 parece seguir oficiosamente vigente, salvo ocasionales demandas de colaboraciones en EL MUNDO, una o dos por año, y mis lazos fijos con PROXIMO MILENIO o DISCOBARSA murieron con estas publicaciones- y por la carrera de obstáculos que supone cada vez más el mundo de la música si no has logrado a estas alturas un cierto status mainstream –el malditismo sólo es rentable como bluff: cuando es una cruz verdadera, como en mi caso, no cabe sino cargar con ello-).

Quizás por mi condición nefanda de basura blanca / pie negro hoy me emocione más la ronquera de una Teresa Jiménez Becerril o el grito de la chica de la foto que cierra esta entrada negándose a que se vea a las víctimas como “discapacitados” o como “freaks”. También por tal condición y por vivir en un barrio donde los pequeños comercios duran por lo general poco o, si tenían muchos años, han ido cayendo como moscas desde hará tres lustros, no puedo evitar prestar más atención a los comerciantes angustiados que a los asamblearios más empecinados en atender sólo a su propio solipsismo. Es por ello que, aunque a alguna gente le indigne o le decepcione o se reafirme en ¿qué se puede esperar de este tío?, me cueste tanto ver la acampada de Sol (insisto: en otras ciudades o frente a embajadas en el extranjero tal vez todo adquiera un perfil más seriamente reivindicativo y alguien tan alérgico a las payasadas y a la demagogia complaciente como Julio Anguita seguro que vio algo de valor en los indignados cordobeses cuando publicó su alirón) como una concentración que supere en motivaciones reivindicativas (más allá de la letra y del escaso componente humano que pueda homologarse con todas ellas) a las de VCT o a las de afectados de AFINSA y FORUM (que, a diferencia de las acampadas, no son ocasiones para la fiesta y la celebración -salvo ese preciso momento de conciencia de fusión grupal, que diría Sartre, y que expresa tan bien el fotograma final de DOS HOMBRES Y UN DESTINO, cuando Redford y Newman, dos pero mucho más que dos, salen de su agujero sin esperanza pero venciendo al miedo por mor de su camaradería, de saber que escupen al destino JUNTOS-). El dolor y la rabia nunca pueden convivir, si son de veras, con la coreografía (mi vocablo favorito de Lenin), la performance, la afirmación narcisista, el teatrillo irresponsable y chulesco, el ludismo, en una palabra, la GOLIARDOCRACIA.

miércoles, 25 de mayo de 2011

UPyD: EL BOMBERO INUTIL

«Lo importante es la Rosa» (GILBERT BECAUD)

Como puede comprobarse, una formación que se supone nació para sofocar los fuegos separatistas no parece haber sido la favorita de los españolistas ni en Cataluña, ni en País Vasco, ni en Navarra. Estos o han votado sin fe ni respeto a partidos en los que en estos momentos no creen mucho (PP, UPN, Ciutadans -el partido más motivado de los mentados pero, paradójicamente, el menos apoyado-) o se han unido a la mayoría absoluta de abstencionistas/blancos/nulos (voto chacina -por la gran cantidad de lonchas de embutido introducido en las urnas- y voto graffiti -por los mil y un slogans que ornaban las papeletas-)

Ahora toca, una de dos, o jugar (pero en clave de farsa) al Front National en Marsella (o sea, convertirse en portavoz de los pied/noirs exiliados) o, directamente, pasar de aquellos a quienes se supone iba a defender (ya Rosa Díez el 5 de febrero les hizo la higa a los manifestantes de VOCES CONTRA EL TERRORISMO). En cualquier caso, UPyD sólo existe (incluidos su militancia y votantes) para lo que las ambiciones de la lideresa Díez tengan a bien disponer. Es irónico, pero Esperanza Aguirre, hoy por hoy, concita desde su inexpugnable feudo de la comunidad de Madrid, más ídem (o sea, esperanza) en los sectores sociales no nacionalistas que la presunta experta arreglalotodo excretada del PSOE, de ese PSOE que un día entierra etarras en cal viva y al siguiente les da el queo o intenta prostituirlos con negociaciones tan turbias en sus propósitos como cuando pretendía cazarlos a tiro limpio.


Más sobre la lideresa y sus ambiciones:

http://www.shadowline1.com/lineadesombra/fascismo.htm

http://shadowline1.com/lineadesombra/otrosi2.htm

lunes, 23 de mayo de 2011

ESPAÑA HA TERMINADO

Las angustias de los unionistas navarros ante una posible fagocitación por los vasquistas fueron uno de los detonantes clave del 18 de julio. Hoy esa dinámica se ha invertido totalmente con la potenciación de los partidarios de la integración en el País Vasco (súmense abertzales -Bildu, Nafarroa Bai, Agrupaciones Independientes-, PNV, IU... más un PSN nunca destacado por su navarrismo) y la dudosa resistencia de los presuntos representantes del navarrismo (la UPN que rompe con el PP, y un PP navarro que -si no se somete a la línea de bajo perfil ya marcada en el PP vasco por Rajoy/Arriola- correría el mismo destino que pied/noirs marginados como María San Gil o Regina Otaola).

Cada vez que el centralismo español intenta afirmarse, la caga. La cerrilidad que demostró Franco al no posibilitar la digestión de una alianza carlista/peneuvista tras la guerra civil acabaría provocando, en plena crisis de Argelia, de Vietnam, de Cuba, incluso del giro a la izquierda de un peronismo proscrito (bajo la dirección de John William Cooke), el nacimiento de aquello (ETA) que cercenaría su única oportunidad fáctica de perpetuarse (Carrero Blanco). El torpe intento ucedeo de rebajar el rango de las autonomías históricas (vasca, catalana, gallega...) abriendo la caja de los caciquismos y la picaresca pseudocantonal (las autonosuyas en estado puro) con el funesto CAFE PARA TODOS sólo sirvió para debilitar cada vez más, por desafección centrífuga y por egoísmo caciquil, los lazos comunes entre los pueblos de España. La estrategia mafiosa del GAL felipista sólo provocó el descrédito de su presidencia, la primera crisis grave de la formación surgida en Suresnes y la llegada de un sujeto que nadie esperaba alcanzase la Moncloa. Este sujeto, José Mª Aznar, neofranquista en su fondo pero legalista en las formas (a fin de cuentas había sido la denuncia del GAL -el Casas Viejas del postfranquismo- lo que lo había llevado a la jefatura del Gobierno), decide derrotar a ETA con todo el peso de la ley, ilegalizando sus representaciones políticas, movilizando a la población en clave antiterrorista (con un germen de renacimiento de comunidad unionista prácticamente aletargado desde los primeros 80), y busca un consenso parlamentario aprovechando la debilidad del PSOE y la política de pinza de la IU de Anguita (contestada frontalmente por la rama vasca de Javier Madrazo), a lo que añadir (tras el 11S y la declaración de Bush de lucha global contra el terrorismo) la expectativa de recibir ayuda internacional  (no hacía mucho que la OTAN había bombardeado Serbia); toda esta batería de medidas encaminadas a acabar con ETA bajo su mandato él mismo se encarga de sabotearlas al mimar el catalanismo desactivando la oposición del PP en esa zona para mejor tratar con Pujol, confiando que éste (como había ocurrido con el Roca de la Operación Reformista o con el Cambó que apoyó el alzamiento del 36) sería más derechista que catalanista, craso error. A lo que añadir su indefensión en su último año y medio frente a unas fuerzas de orden cada vez más permeadas por un ZPSOE que ya andaba en contacto con ETA, justo cuando con la participación en la guerra de Irak ve cada vez más cercana esa ayuda del Big Brother en la cuestión vasca. Y entonces llegó el 11M.

A partir de ahí, Cataluña se dispara hasta el punto de que un País Vasco que hoy iguale la situación de soberanismo y desobediencia al poder central de las camarillas políticas catalanas superaría en competencias a los gobiernos de Ibarretxe. Desde hoy Bildu es factor clave de gobernación en País Vasco y Navarra. El calendario a la anexión de Navarra y después a la segregación y/o libre asociación (matiz sólo discutible por cuestiones económicas y quizás tomando como referente lo que haga Cataluña) está servido.

En una Unión Europea que se hace pedazos, la sede de Bruselas parece ser el débil motivo para que flamencos y valones no consumen de momento la ruptura total. Escocia acentúa sus exigencias secesionistas ante un Britanistán decadente (impensado paralelismo entre la desafección padana y la Italia del sur). Una entidad tan dudosamente legal como Kosovo es elevada de ghetto delincuencial a estado (el sueño de Lucky Luciano para Sicilia) por los mismos USA que Aznar trató de atraer a la lucha contra ETA... Está claro, son malos tiempos para el centralismo.

España se acaba, salvo como eufemismo cleptocrático, patio de Monipodio, escenario de cambalaches caciquiles. En buena medida, los excesos españolistas han llevado a esta situación. Quienes amamos una península unida y diversa, quienes odiamos que nos odien aquellos que sentimos como compatriotas, debemos de pensar en el día después, en la inevitabilidad de la ruptura pero no en que tal ruptura sea irreversible. Mano abierta, pacto de libre adhesión, voluntad de reencuentro, sin prepotencias, sin ínfulas de mayorazgo, sabiendo que, tras el paso de la reivindicación a la institucionalización, toda exaltación remite. Cuando el clímax independentista pase, no más excusas para el odio a una península reunida. España ha muerto, Pensemos en las Españas. Y mucho mejor, en la Unión Ibérica.

En este tiempo, en vez de acumular bilis y revanchas (por otra parte, inviables más allá de la verborrea hostil o del día de furia individual), potenciemos ese corazón medio muerto que es Castilla. Pero no la Castilla del Cid o de la Junta Militar de Burgos, sino la Castilla de Delibes, del señor Cayo, de las protestas comuneras, de Juana la nunca reina... La Castilla más abierta a la delicadeza atlántica que a la ambición/corrupción mediterránea. La Castilla que, como supo ver Celaya, nace de la cornisa cantábrica, incluyendo los vascos, quienes, no por casualidad fueron vanguardia de Castilla cuando no se sintieron humillados por ésta. 

Insisto: pensemos en positivo. No en lo que hoy ya no es, salvo como cáscara. Sino en el día después. Y, todavía mejor, en el día siguiente a ese día. EL DIA DEL REENCUENTRO.

lunes, 2 de mayo de 2011

EN EL DIA DE HOY...

Esto lo escribí en el 77.
Lo colgué en LINEA DE SOMBRA allá por el 2007.
Ahora encuentro oportuno recordároslo.



ilustración: THE LEFT HAND